lunes, 29 de abril de 2019

LA HIJA DEL GENERAL (Paul Brenner 01) de Nelson DeMille - Brenner pone al cuartel patas arriba - Valoración 8,5/10

Título original: The General's Daughter (1992)
Traducción de Irene Saslavsky
Páginas 428
Grijalbo 1994

Nelson DeMille es un tipo listo, un cínico simpático y políticamente incorrecto que escribe con chispa, con soltura y mucho sentido del humor. Hasta el momento había leído cuatro de sus novelas, todas de la serie John Corey, el expolicía de Nueva York metido en la lucha antiterrorista. Hay dos más de esta serie, “The Lion” y “Radiant Angel”, que no están traducidas y “The Panther” intenté leerla en inglés, pero tuve que dejarla debido a mis limitaciones con el idioma. Cuando “La Pantera” salió traducida al castellano, leí tres cuartas partes de la novela y la dejé. Intentaba darle una oportunidad, pero no pude con la guasa barata de Corey, un Arévalo made in USA. Me preguntaba cómo era posible que me gustaran las cuatro primeras novelas de la serie leídas en 2011 y quien era el que había cambiado, DeMille o yo. Paul Brenner es un personaje más sutil y equilibrado que Corey y “La hija del general” una buena novela.

Sinopsis de la editorial.
Ann Campbell, capitán del ejército de los Estados Unidos e hija del general jefe de la base en que ella prestaba sus servicios, aparece asesinada. Pero no se trata de un homicidio convencional, sino de un acto anormalmente morboso: su cuerpo fue encontrado desnudo y atado a cuatro estacas, en el campo de tiro de la base.
El trabajo de descubrir a los asesinos se encomienda a dos miembros del departamento de investigación criminal del ejército, Paul Brenner y Cynthia Sunhill, que habían sido amantes tiempo atrás. Ambos deberán rastrear la verdad entre las sombras de la vida muy distinta de las apariencias de la capitán Campbell, los valores y formalismos de la tradición militar y las turbulencias de la vida social de la base. También Paul y Cynthia tienen que encontrarse a sí mismos... La hija del general es una apasionante novela de misterio y un retrato crítico' de la vida militar, al tiempo que se erige en una pieza maestra de un crimen y su investigación en un ambiente cerrado. Una novela fuerte e inteligente, buena medida del talento del autor de La Costa de Oro.

Comentario.
Paul Brenner es un agente de la División de Investigación Criminal del ejército (DIC). Astuto, irreverente, poco respetuoso con la jerarquía y nada imbuido del espíritu militar:
De hecho, como la mayoría de los miembros de la DIC, soy brigada, un empleo especializado intermedio entre suboficial y oficial. Se trata de un empleo aceptable, porque uno disfruta de casi todos los privilegios de un oficial y no ha de cargar, en cambio, con muchas de las responsabilidades propias del mando ni con las tonterías que lo acompañan. Los brigadas reciben tratamiento civil y los investigadores de la DIC van a menudo de paisano, como iba yo esa noche. Hay momentos en los que incluso me hago la ilusión de que soy civil.
La novela es un amplio ejercicio de interrogatorios a los testigos combinado con el meticuloso examen de la escena del crimen. Las entrevistas y las discusiones entre Brenner y Cynthia en que derivan son largas, complejas y muy incisivas. Las hipótesis se revisan una y otra vez hasta que logran acorralar al sospechoso principal.
Me gusta obtener la versión de todo el mundo, de manera que pueda hacer una evaluación mejor de la calidad de las mentiras.

La decisión de la capitana Campbell de ofrecer su cuerpo a toda la escala de oficiales a las órdenes de su padre, el general jefe de la base militar, trastorna por completo el orden moral y disciplinario. Todos tienen motivos para ocultar su implicación.

Algunos acusan a DeMille de escritor prolijo y descontrolado. A mí no me lo parece (en esta novela en particular, sí en otras) en la que la exuberancia especulativa es interesante y está justificada. Sí le veo un defecto, más acentuado en la serie de John Corey, que es su tendencia a deslizarse hacia el humor chusco y facilón, en especial por su sesgo machista. Me explico: Las novelas de DeMille funcionan con parejas de protagonistas a las que le gusta someter a un juego de “tensión de género” algo trasnochado a estas alturas. Pienso en John Corey- Kate Mayfield y Paul Brenner- Cynthia Sunhill. Por más que la mujer demuestre su inteligencia y competencia profesional, el tipo no para de hacerse el graciosillo con latiguillos sexistas. Eso le da un aire de vendedor fullero de coches usados, con más de dos wiskis en el coleto, que el autor debería evitar.  
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