Traductor Agustín Puig
Páginas 354
Idioma Español
Publicación 1962 (1970)
Editorial Planeta
La lectura de “La hora estelar de los asesinos” de Pavel
Kohout ha despertado mi curiosidad por la novela policíaca en tiempos de la
ocupación alemana. Recuerdo con agrado las siete novelas de la serie Bernie
Gunther de Philip Kerr que leí de un
tirón. Este es el primer contacto con Kirst. Habrá más, seguro.
Una guerra quizá sea la situación extrema que mejor se
preste a la exploración de la conducta humana en sus dos caras: la de la
víctima y la del verdugo. En “La noche de
los generales” Kirst se centra en la élite militar de los ocupantes
(verdugos) y la disecciona sirviéndose de la ironía, la parodia y hasta la
caricatura.
La primera impresión es que estas leyendo una novela de
salón, escrita en lenguaje remilgado, casi burocrático, que revela una cultura
militarista en que las palabras velan y esconden la cruda realidad. Esa cultura
que, por ejemplo, llama gesta a la
masacre de personas inocentes o que mitos grandilocuentes como patria, raza y
misión histórica, justifican el exterminio de millones de seres humanos. En ese
contexto un frío asesino psicópata puede ser respetado, admirado y temido como
gran héroe.
Tres prostitutas cruelmente asesinadas en Viena (1942),
París (1944) y Dresde (1956) y tres sospechosos, generales del ejército alemán:
1. General de infantería Von Seylitz-Gabler, comandante de
cuerpo de ejército. Típico militar de la escuela prusiana, pomposo, pusilánime
y escurridizo, manipulado por su ambiciosa mujer cuyo única meta es conseguir
ascensos y escurrir el bulto amparándose en su ayudante el general Kahlenberge,
al que no duda en traicionar cuando fracasa la Operación Valquiria
(1). Kirst describe con maestría su capacidad de adaptación y su habilidad para
apuntarse al bando ganador. Un miserable que esconde su cobardía tras grandes
palabras como la historia, el cumplimiento del deber, abnegación o sacrificio.
2. Teniente general Tanz, comandante de la división especial
«Nibelungen». El general de hierro, cruel e impasible, maniático de la
puntualidad, el orden y la limpieza, fumador y bebedor compulsivo, dominado por
oscuras pulsiones psicopáticas.
3. Mayor general Kahlenberge, jefe de estado mayor del
cuerpo de ejército. Astuto, eficiente y moderado, intenta comprometer a su
jefe, el general Von Seylitz-Gabler, en el atentado a Hitler sin conseguirlo.
Kirst ha elegido tres modelos, arquetipos del militar alemán
de la Segunda Guerra
Mundial (y puede que de cualquier época), los rodea de jugosos personajes
secundarios: la ambiciosa mujer, la hija inconformista, ayudantes y subalternos
de diversa ralea, y los confronta con dos policías: el comandante Grau de la
sección de contraespionaje alemán y el inspector Prévert de la Sureté francesa, a los que
describe como profesionales criminalistas que ocultan sus simpatías políticas.
Grau es un cazador tenaz que no se detiene ante los galones y Prévert,
maquiavélico y astuto, organiza una brillante trampa final para acorralar al
asesino con la colaboración, voluntaria o no, de todos los personajes
implicados.
Al relato de los sucesos en las tres ciudades, con
predominio de suculentos diálogos, lo acompañan informes, cartas, fragmentos de
memorias, declaraciones y entrevistas de personajes principales y secundarios,
que, intercalados en la historia, ilustran el carácter, rumbo y destino de los generales
hasta los años sesenta. Destaca la capacidad de adaptación (camaleónica) de Von
Seylitz-Gabler al nuevo contexto de la postguerra interpretando los hechos
según le conviene, como muestra del patrón que siguieron miles de alemanes y
colaboracionistas en su proceso de “reinserción”. Los crímenes fueron tan
grandes y tantos los implicados que el mundo prefirió mirar a otro lado.
Siempre me he preguntado como es posible que naciones
enteras sigan a locos criminales en sus desvaríos sanguinarios (Hitler, Stalin,
Mussolini, Franco): crisis económica, manipulación, control burocrático,
represión, terror, ignorancia de muchos, ambición y falta de escrúpulos de
otros, retroalimentación de odios, frustraciones y rivalidades pueden estar
entre las causas que, al leer un buen libro sobre el tema (2), crees que
entiendes. En realidad nunca lo entenderé.
Buena crítica del militarismo con una compleja y turbadora
trama bien ensamblada, hábil manejo del diálogo y dominio escénico, fino diseño
de los personajes y exasperante descripción de cómo la mayoría se libra de
asumir responsabilidades.
Hay pelicula (3) en YouTube, buena pero que no se ajusta del
todo a la novela:
(1)
Intento fallido
del 20 de julio de 1944 de asesinar a Adolf Hitler.
Kershaw, Ian (2000). Hitler (1936-1945). Barcelona: Ediciones Península.
(2)
Para Alemania
recomiendo la monumental trilogía de Richard J. Evans sobre el Tercer Reich:
La llegada del Tercer Reich (Ed. Península,
2005)
El Tercer Reich en el poder (Ed. Península, 2007)
El Tercer Reich en guerra (Ed. Península, 2011)
Y los espeluznantes Diarios de Victor
Klemperer:
Klemperer,
Victor (2003). Quiero dar testimonio hasta el final: Diarios 1933-1941. Galaxia
Gutenberg.
Klemperer, Victor (2003). Quiero dar testimonio hasta el final: Diarios
1942-1945. Galaxia Gutenberg.
(3) La noche de los generales dirigida por
Anatole Litvak (1967). Con Peter O'Toole
y Omar Sharif
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