Páginas312
IdiomaEspañol
Publicación2014
EditorialAlmuzara
Una novela que empieza a lo grande para ir perdiendo fuelle
a medida que se embrolla la trama y se intensifica la soflama, pasando del
pesimismo crítico a la desesperación agónica, bien aderezada con cucharadas de
sopa surrealista. Su punto débil son las transiciones de la trama que, por otro
lado, creo que a Orsi le importan un comino. Sus fortalezas, enormes:
seguramente es uno de los escritores mejor dotados, en recursos literarios, del
panorama actual de la novela negra en castellano.
«Se nace para
sobrevivir, no para ser feliz». El aforismo crudo, descarnado, con que empieza
la novela -y de los que está sembrada- es un aviso a navegantes: aquí nadie va
a ser feliz. El tono descarado de las primeras páginas pronto se convierte en
rabia y desesperación, expresada en un lirismo amargo que sublima en ironía y
sarcasmo. Es como el radicalismo de Chomsky, extendido a la religión y gritado
con la rabia de Cioran. El peligro: que esa densidad e intensidad pueda saturar
al lector. Eso y el desdén por la coherencia de la trama hace que no le dé un
excelente; pero un 8,5 no está mal.
Sinopsis
Pablo Martinelli (Gotán), policía retirado o “en desuso”
-como se define a si mismo- y vendedor de sanitarios, es contratado por un
empresario “cementero” para investigar la muerte de una niña en su lujosa
mansión. Le acompaña Carmen Solanas, policía de a pié cuyo padre, también
policía y amigo de Martinelli, murió en un tiroteo. Entran en escena policías
corruptos, un obispo que practica el vampirismo pedófilo, un comisario con
despacho en el Congreso Argentino (Palacio de la risa) con fines oscuros y una
cárcel clandestina financiada por la CIA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario