Título originalGłos Pana
TraductorAbel Murcia | Katarzyna Mołoniewicz
Páginas304
IdiomaEspañol
Publicación1968 (2017)
EditorialImpedimenta
Supongamos que has terminado un par de libros, digamos que
de filosofía o teoría económica, de esos que, por su densidad conceptual, te
obligan a estar concentrado y tomar abundantes notas, y quieres obsequiarte con
un “break”, solo para relajarte un poco, entrar en ese letargo reparador sin
sumirte en la más profunda estupidez. De acuerdo, eres humano y nadie te lo
reprochará. Echas un vistazo a la estantería y te fijas en un Stanislaw Lem, “La
voz del amo”. Lo tienes desde hace años y, por alguna razón que no recuerdas,
aun no lo has leído. Te dices, venga, un poco de ciencia ficción inteligente me
sentará bien. ¡Error! Ya en la primera página te das cuenta de que tienes que
espabilar las neuronas, colocarlas en formación de combate y recuperar el blog
de notas.
Son las memorias del prestigioso matemático Peter Hogarth
componente de un grupo secreto creado por el gobierno de Estados Unidos para
descifrar un mensaje estelar llegado en forma de chorro de neutrinos. Peter
narra en primera persona como se identificó el mensaje gracias a su estructura
circular, su implicación en el grupo de investigación formado por humanistas y
científicos de múltiples especialidades, las discusiones, debates y
experimentos del grupo, el hallazgo fallido de un arma total, y, finalmente, la
disolución impotente del grupo.
El descifrado de un fragmento ínfimo del mensaje permite la
sintetización de una masa gelatinosa a la que llaman “Huevos de rana” y otra
masa carnosa a la que llaman “El señor de las moscas” porque produce una
frenética excitación a los insectos cercanos.
Se barajan interesantes hipótesis cosmológicas como la del
ciclo de expansión y contracción del universo cada 30.000 millones de años. El
haz de neutrinos es como una memoria cósmica, un código genético universal que
permite el desarrollo del nuevo universo tras el colapso:
“Se trata de una
fisura entre el espacio “positivo” que va desapareciendo, el nuestro, y el
otro, el “negativo”… Esa fisura permanece abierta, no cicatriza, no se cierra,
porque la radiación —¡precisamente la radiación de neutrinos!— no para de
ensancharla.”
El colofón muestra la incapacidad de la mente humana para
interpretar una mente muy superior. Sería como leer una cinta perforada de
computadora con una pianola, inocuo pero estéril.
La novela es un apabullante despliegue de especulación
holística (pluridisciplinar) en que intervienen todas las ramas del
conocimiento humano: cosmología, filosofía, ética, antropología, física y
química, psicología, matemáticas, teoría de sistemas, teoría de la información,
probabilidad, biología evolutiva, lingüística…, sin olvidar la teoría literaria
del género autobiográfico.
El condimento literario lo pone el factor humano: las
rivalidades y recelos entre los científicos, la intriga belicista del gobierno
y el suspense de si se logrará descifrar el mensaje. Inserta la historia
personal de alguno de los científicos como la de Rappaport que presenció de
niño una ejecución de las SS. Lo completan el buen pulso de Lem para trazar
personajes creíbles y un ligero, pero refrescante, toque de humor.
Gran novela si puedes leerla con todas tus antenas de conocimiento
desplegadas y tus sinapsis en estado de alerta. No es la obra más adecuada para
entrar en el mundo de Stanislaw Lem (mejor Solaris
o Diarios de las estrellas), pero si
superas el primer tercio la disfrutarás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario