Traductor Benito Gómez Ibáñez
Páginas 407
Idioma Español
Publicación 1948 (2005)
Editorial Galaxia Gutenberg
El lector empedernido, y me considero uno de esos tras
cuarenta años de lectura y más de 3.000 libros en la saca, desarrolla
anticuerpos que lo protegen contra el aburrimiento de la trivialidad; con el
tiempo, esos anticuerpos se ponen cada día más exigentes y puñeteros, de manera
que cada vez son menos los libros que logran superar las defensas y más los que
se caen de las manos. Hay rachas que paso más tiempo empezando y descartando
que leyendo enteros los libros elegidos. Una de las raras excepciones a la ley
de la exclusión por trivialidad es Saul Bellow que, bendito él, no te aburre ni
aunque se lo proponga,
Una miscelánea es una caja de sorpresas. ¿A quién no le
gustan las sorpresas? Y más de un autor del que el The New York Times Book
Review dijo: “Frase a frase, página a
página, Bellow es, simplemente, el mejor escritor que tenemos”.
“Todo cuenta” es una recopilación de artículos, crónicas de
viajes, conferencias, entrevistas, ensayos, piezas autobiográficas…Un manantial
sin desperdicio que recorre toda su vida activa de escritor que intentó hacer
literatura minoritaria para el gran publico. Sin desperdicio es la clave; hoy,
que vivimos la “Edad Dorada de la
Cháchara”, de la opinión prefabricada, de teletertulianos que
hablan y saben de todo, de la cultura de distracción sin atención, Bellow nos
avisa ¿Cuándo es intrascendente la ignorancia?
Por un momento, he pensado en resaltar los artículos que más
me han gustado, pero enseguida descarto la idea; el libro es una mina y en
cualquier párrafo puedes hallar la gema de una deslumbrante observación, reflexión
o descripción. Las redes sociales imponen el dominio de la cita y el
pensamiento breve (a menudo cursi), que está engendrando un nuevo tipo de
literatura hecha de fragmentos de vida cotidiana y frases célebres, muy
elogiada por la crítica (pienso en “Departamento
de especulaciones” de Jenny Offill); pues bien, eso ya lo teníamos con
Bellow; y a lo grande, acompañado por toda la orquesta sinfónica. Cada una de
sus obras podría producir un diccionario de citas y frases célebres.
“Todo cuenta” recopila los mejores artículos que Bellow
produjo a lo largo de 45 años. Hay artículos autobiográficos como los que
rememora el Chicago de los años 30 o el París del 48; sobre cultura, arte, política,
arquitectura, televisión, tecnología, Nabokov y su Lolita; recuerdos de amigos
y colegas como John Berryman, John Cheever e Isaac Rosenfeld; viajes a la España del 48, a Illinois en el 47, a Israel durante la Guerra de los Seis Días en
el 67, los cambios en el París y Chicago del 83, Vermont, la Toscana, la presidencia de
Franklin Delano Roosevelt, la visita de Khrushchev a U.S.A.…El libro termina
con una larga entrevista en que repasa su vida desde que estuvo ingresado en el
hospital a los ocho años.
Echo en falta más comentarios sobre escritores
contemporáneos (Updike, Mailer, Styron…) y me temo que, en este caso, el
silencio es desprecio. Las reflexiones sobre el arte (abundantes), o la
religión (escasos), me parecen oscuros como es habitual siempre que se habla de
estos temas. No comparto sus anhelos de trascendencia; su concepto elitista de
la cultura (pero…¿puede ser otra cosa?); su queja de la superficialidad de la
vida moderna, irritado con una sociedad indiferente a la literatura que ha
empequeñecido al individuo. Pero resulta tan estimulante que no necesitas estar
de acuerdo con todo. Y, por encima de discrepancias, la sensación de que las
preguntas son las correctas.
De los árabes dice “¿A
qué viene tanta dignidad tradicional?” ¿Qué diría hoy del terrorismo islámico?
Dejo una pequeña selección de sus dardos críticos:
De la enseñanza de la literatura:
“La enseñanza de la
literatura ha sido un desastre. Entre el estudiante y su libro de lectura se
extiende una sombría zona de preparación, un absoluto cenagal.”
“En las facultades y
universidades no se inculca la pasión por la novela y la poesía. Se aprende a
llevar una conversación culta durante unos minutos sin revelar ignorancia ni
estupidez.”
Del ambiente marxista del Paris de la posguerra:
“La solución comunista,
hasta donde yo podía juzgar, encontraba tanto eco en la opinión pública, que
era imposible cortarse el pelo sin tener que soportar torrentes de marxismo del
peluquero.”
Desconfía de los medios de comunicación:
“Los periódicos deben
leerse con astucia y cautela, a la defensiva. Sabemos perfectamente que los
periodistas no pueden permitirse el lujo de decirnos claramente lo que pasa.
Hay observadores dignos de confianza que creen que la prensa no puede dar a los
norteamericanos una imagen un tanto verdadera del mundo. La palabra escrita no
es fidedigna, y la palabra hablada (radio y televisión), irresponsable.”
Durante años ligado al marxismo, rechaza las ideologías:
“Ahora bien,
«ideología» es un término por el que en general se entiende el hecho de no pensar
por uno mismo. Para Marx, la ideología era una deformación producida por una
clase social, una corrupción de la realidad perpetrada por el capitalismo. La
ideología, en resumen, es un sistema de falso pensamiento y de no verdad que
puede conducir a la obediencia y al conformismo.”
¿Has leido el libro o te gustaria leerlo?. Haz tu comentario.
Has llegit el llibre o t'agradaria llegir-lo ?. Fes el teu comentari.
No hay comentarios:
Publicar un comentario