Traductor Jaime Zulaika
Páginas 224
Idioma Español
Publicación 2016 (2017)
Editorial Anagrama
Reseña breve de una novela corta.
Un feto cuenta, desde el útero, la relación adúltera de su
madre con su tío y sus planes para asesinar a su padre y vender el caserón
familiar. La madre, una especie de lúbrica y calculadora Lolita, se llama
Trudy; el padre, poeta y editor, John; el amante Claude, hermano del padre, es
agente inmobiliario. El feto oye las conversaciones, interpreta los ruidos,
especula con las intenciones y, dotado de la autoconciencia de un filósofo
locuaz, se debate entre sus deseos de venganza y sus instintos de conservación.
Pero no se contenta con eso…se propone intervenir.
Fetos narradores ha habido otros, como el “Cristóbal nonato”
de Carlos Fuentes que se preguntaba
si valía la pena nacer; referencias a Hamlet, muchas (según algunos, escribir
es repetir a Shakespeare); pero creo que éste es el único caso de feto narrador
corroído por celos Hamletianos.
La novela, escrita en forma de thriller filosófico, contiene
momentos de intenso suspense, pero también, de oscura digresión, a causa del
estilo analítico, denso y conceptual, característico de McEwan, normalmente
controlado, pero que aquí se desboca hasta ponerse fuera de alcance de su
lector habitual. Estilo denso que tiende a desplomarse bajo su propio peso y se
sostiene gracias a su sólida arquitectura de suspense.
Una muestra:
“Un momento
serpenteante de emergencia cerosa y rechinante y heme aquí, depositado desnudo
en el reino.”
Prefiero al McEwan gozoso de “Solar”, o al macabro de
“Amsterdam”.
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