Título original: The Trespasser (2016)
© de la traducción: Julia Osuna Aguilar, 2017
© AdN Alianza de Novelas
Páginas: 528
Sinopsis de la editorial.
La brigada de homicidios de Dublín dista mucho de ser lo que
había soñado la detective Antoinette Conway. El único que parece alegrarse de
su presencia es su compañero, Steve Moran. El resto de su trabajo es una
acumulación de casos ingratos, novatadas hirientes y acoso laboral. Antoinette
es una detective fiera y con la piel muy dura, pero está llegando a su límite.
El nuevo caso que le asignan parece sencillo: otra pelea de novios que acaba
mal. Aislinn Murray es rubia y guapa. Y ha aparecido tan impecablemente
arreglada como muerta en medio de su salón propio de un catálogo de muebles, al
lado de una mesa dispuesta para una cena romántica. Nada tiene todo esto de
llamativo. Excepto que Antoinette está segura de haberla visto antes en alguna
parte. Y porque, al final, su asesinato será bien poco de los de manual. Porque
otros detectives intentarán presionar a la pareja protagonista para que
arresten al novio de la víctima lo antes posible. Porque al fondo de la calle
donde vive Antoinette, acecha una figura en la sombra. Y porque la amiga de la
víctima parecía olerse que Aislinn estaba en peligro. Todo lo que van
averiguando sobre ella la aleja cada vez más de la muñequita de papel cuché que
aparentaba ser. Antoinette sabe que el acoso laboral la ha vuelto paranoica,
pero no es capaz de saber hasta qué punto: ¿es este caso un paso más en la campaña
para echarla de la brigada o fluyen corrientes más oscuras bajo su superficie
reluciente?
Comentario.
En cada novela de la serie Escuadrón de Homicidios de
Dublín, French cede la voz narrativa y el protagonismo principal a un
detective distinto adaptando el tono y el estilo a la personalidad y el
contexto vital del nuevo narrador. En la anterior entrega, El lugar de los
secretos, la quinta de la serie narraba Stephen Moran, un detective amable,
prudente e imaginativo, pero muy crítico y suspicaz. Su compañera, Antoinette
Conway, ruda, directa, paranoica y cabreada con el mundo, el extremo opuesto a
Moran, es ahora en Intrusión, la sexta y última entrega por ahora, la
narradora y protagonista. La dinámica entre los dos detectives y la evolución
de su relación es un aspecto interesante de la novela. Un tercer detective,
Breslin, el más veterano y experimentado, se inmiscuye en el caso para desviar
la investigación de Conway y Moran.
Las novelas de Tana French son un hibrido de thriller
procedimental y psicológico apoyado en largas entrevistas – o interrogatorios –
a testigos y sospechosos, y en exprimir las contradicciones personales entre
los detectives que investigan el caso. A mi entender peca casi siempre de ser
demasiado prolija – sobran páginas -, a veces redundante – marea la perdiz -, y
tiende a confundir el interrogatorio policial con el diván del terapeuta. Como
Elizabeth George y Minette Walters, French es heredera de las
renovadoras P. D. James y Ruth Rendell. Escribe bien, su mirada psico-sociológica
es penetrante y, si dispones de tiempo, es entretenida. Leo en paralelo “No
hay lugar seguro”, una de sus obras más apreciadas por la crítica, y
resulta absorbente. Creo que la Walters es más implacable en sus
interrogatorios y la George más incisiva, pero si no te dejas llevar por las
prisas, Tana French puede ser envolvente y adictiva.
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