domingo, 12 de marzo de 2017

RECURSOS INHUMANOS de Pierre Lemaitre - Obsesión por el suspense - Valoración 7,5 sobre 10


Título original Cadres noirs
Traductor Juan Carlos Durán
Páginas 400
Idioma Español
Publicación 2010 (2017)
Editorial Alfaguara
 
No se puede negar el oportunismo (o la oportunidad) de esta novela de Lemaitre, aparecida en 2010, en plena ola de suicidios laborales que estremeció a la opinión pública francesa entre 2008 y 2010. En La Poste, servicio de correos nacional, se suicidaron 70 personas; 60 en France Telecom; también hubo suicidios en Renault y 11 intentos de suicidio en el propio Ministerio de Trabajo. Esto sucedía en un país con un 10% de paro, un salario mínimo de 1.335 euros, 35 horas semanales y más vacaciones pagadas que en cualquier otro miembro de la UE, mientras en España el paro era del 30% y casi del 50% en Andalucía. Recuerdo mi perplejidad cuando salió el tema en los noticiarios. En ese contexto de angustia o histeria social ante el estrés y la inseguridad laborales, “Recursos inhumanos” puede interpretarse como la “revancha del parado”, en clave de thriller, contra las grandes corporaciones.

Alain Delambre, 57 años, es un directivo con 30 años de experiencia en recursos humanos que lleva 4 años en paro malviviendo a base de pequeños trabajillos; su situación económica y familiar desesperada lo sume en un estado de impotencia y frustración. Recibe una carta de BLC-Consulting, una agencia de selección de personal, donde se le comunica que su candidatura a un puesto directivo de una gran multinacional ha sido aceptada y le convocan a pasar las pruebas de selección. Llega la prueba final que consiste en una simulación de secuestro con rehenes para valorar la capacidad de reacción de los candidatos en situaciones extremas. Pero una becaria que ha sido despedida de BLC le informa que la prueba es una farsa amañada y que el puesto está asignado de antemano a otra aspirante. La decepción y la rabia arrastran a Delambre a encadenar una serie de acciones desesperadas que lo conducen a un callejón sin salida.
El marco general de crisis económica y sus peculiares consecuencias en Francia, como la ola de suicidios laborales, brinda la oportunidad de hacer una novela de gran calado político y social, mostrando los efectos de esa crisis en personajes ricos y complejos; pero Lemaitre limita su foco a la conducta extravagante de Delambre, lamina el resto de personajes, fuerza las situaciones e improvisa las soluciones. La sensación final es de intento fallido, malogrado por su obsesión por un suspense demasiado lineal, artificioso y truculento. No se. Pienso en lo que pudiera haber hecho, con un tema tan potente, la Lionel Shriver de “Tenemos que hablar de Kevin” (masacres escolares) o la Minette Walters de “La ley de la calle” (tumultos racistas) y Pierre Lemaitre me queda corto, muy corto.
“Recursos inhumanos” gustará a muchos; a mí me ha decepcionado. Las razones: improvisación, truculencia, estrechez de foco y personajes planos. Por poner unos ejemplos:
  1. Para ocultar la gran baza de Delambre, Lemaitre cambia el narrador en la escena del secuestro que pasa a ser David Fontana, el paramilitar a cargo del juego de rol, mientras toda la novela es narrada por el propio Delambre.
  2. El encuentro con Cousin en Sarqueville y la revelación que salva a Nicole, muy forzados.
  3. La inmolación de Charles parece una solución improvisada.

En general, no se percibe ese control completo de la trama casi perfecto en “Alex”, para mí su mejor novela, y se empeña en exceso en construir un thriller de acción, centrado en la descripción de escenas físicas (huidas, persecuciones, tiroteos) que no son su fuerte. El thriller de acción, si no va arropado en una trama muy sólida, me aburre; las escenas se hacen largas, pesadas… Y no le quito mérito. Estoy pensando en Lee Child, verdadero maestro en el género, y su técnica de ralentización del tiempo real.  
Toda obra de ficción intenta atrapar al lector planteando crisis y conflictos de diversa índole y se sirve de alguna forma de intriga y suspense que no son exclusivos de la novela negra (policíaca o detectivesca). La intriga señala las tensiones más o menos explícitas a resolver, el suspense nace del método empleado en resolverlas y los giros son los cambios bruscos que sorprenden al lector. Pero todo debe ser coherente y los hilos deben permanecer ocultos. Le doy un 7,5. Demasiadas carencias para llegar al 8.

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