Título originalThe Seymour tapes
TraductorVictoria Ordóñez
Páginas304
IdiomaEspañol
Publicación2005 (2009)
EditorialTusquets
Como los programas de la tele, hay libros Prime Time y
libros de relleno. Los Prime Time requieren concentración y convocan la máxima
audiencia de mis neuronas durante las horas de máximo rendimiento del día. Los
de relleno son para relajar o desengrasar y quedan relegados a las horas “tontas”
de la siesta o la noche de modo que, si te duermes leyendo, no pasa nada. Las
condiciones de vida del libro de relleno son bastante duras y muchos acaban en
abandono; pero algunos se resisten a la indiferencia, pelean, y por méritos
propios, se ganan un Prime Time, como en la tele. Ese es el caso del libro de
Tim Lott: un par de días luchando con la somnolencia… ¿eh? ¿Qué es esto? Toque
de diana, neuronas en pie y salto a horario estrella…, ¡con mención de honor!
Samantha contrata a Tim Lott para que escriba un libro sobre
los sucesos que llevaron a la trágica muerte de su marido, el doctor Alex
Seymour, de cincuenta y un años, en el semisótano de una casa destartalada al
oeste de Londres. El caso, de fuertes tintes morbosos, ha tenido una gran
repercusión mediática. Durante dos años, la prensa se ha interrogado sobre las
circunstancias que rodean la muerte del médico relacionadas con la privacidad,
el voyeurismo, la compulsión sexual y Sherry Thomas, la enigmática propietaria
de un negocio de video vigilancia. La divulgación en internet del tristemente
famoso «vídeo de la piel» ha contribuido, no poco, a la notoriedad del caso.
Lott acepta el encargo y el resultado es el libro que el
lector tiene en sus manos. Ha tenido acceso exclusivo y privilegiado a “las
cintas de los Seymour” – las de la familia y la policía-, y varios videos de
vigilancia -incluidos los privados y los de la tienda y el apartamento de Sherry
Thomas –. La novela se construye con la transcripción directa del material
audiovisual, las entrevistas a Samantha Seymour y a Barbara Shilling, la
terapeuta de Sherry Thomas, todo ello magistralmente dispuesto y administrado
en formato de “reality”. Una novela reality como crítica de los reality.
El estilo, descriptivo y conciso, contribuye a hacer más
aterradora la fría distancia de las cámaras y el tono crudo y directo de las
entrevistas. Si acaso, los únicos espacios introspectivos son los video-diarios
que graba el propio Alex Seymour en la soledad de su desván, donde expresa sus
dudas e inseguridades, y que no resultarán tan privados como él se imagina.
Cuestiones como la patología del alma vacía, la fascinación
de un hombre débil por el orden y el control a través del voyeurismo, la
obsesión por capturar el tiempo, el trauma y la locura, la manipulación y las
apariencias, la frustración y la venganza… son píldoras de reflexión que te
rondan por la sesera en los escasos momentos en que el suspense afloja sus
tenazas. También te preguntarás cosas como si conocer lo que tus seres queridos
dicen de ti, ver lo que hacen a tus espaldas que, en la vida real, nunca sabrías,
sus pequeñas o grandes traiciones…, saber todo eso, ¿te haría más fuerte o
podría destruirte?
Si te pones tonto, puedes pensar en los puntos ciegos de la aparente
trivialidad de la vida doméstica, lo mucho que se habla y lo poco que se dice,
o la estúpida atracción y las trampas de la verdad.
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