Traductor Joandomènec Ros
Páginas 336
Idioma Español
Publicación 2003 (2005)
Editorial Crítica
Vivimos la “Era Emocional”; el boom de los sentimientos. Expresiones
como “eres especial”, “no tengo palabras”, “empatizar”, “si eso es lo que
sientes” (sentir algo está por encima de pensar algo), son omnipresentes, invaden
el espacio de las relaciones sociales. Y no basta con decir, hay que actuar.
Por eso, amigos del “choca esos cinco” de toda la vida, te estrujan, te
besuquean y te frotan compulsivamente las espaldas, como si te despidieran para
un viaje a la Antártida
(de supervivencia y en trineo). Toneladas de libros de psicología barata o
autoayuda te conminan a que expreses tus sentimientos, controles tus emociones
o viceversa. Hay que mostrar empatía, interés, escuchar atentamente cualquier
majadería que te suelte el prójimo. ¿Impaciencia? Prohibida. ¿Emoción versus
Razón? ¿Se trata de una vuelta a lo irracional? ¿No será que los sentimientos
se manipulan mejor que las razones?
El libro de Damasio lleva el subtítulo de “Neurobiología de
la emoción y los sentimientos” Pues eso, veamos que bases, que enganches
biológicos tienen los sentimientos y hasta donde podemos llegar sin caer en la
especulación o la charlatanería.
A Damasio le gusta Spinoza porque fue el primero en señalar
la unidad interactiva del organismo (cuerpo), los sentimientos y el pensamiento
racional (mente), en contraposición a Descartes que sostenía la dualidad
cuerpo-mente. Se siente afín a Spinoza y ya discutió a Descartes en un libro
anterior (1). Gracias a Damasio he conocido la monumental obra de Jonathan
Israel que explica la influencia del filósofo judío en la Ilustración Radical.
(2)
Spinoza era hijo de una familia de judíos sefardíes que
huyeron de la persecución de Portugal y se instalaron en Ámsterdam, cuyo
gobierno calvinista era más tolerante con los judíos, siempre que mantuvieran
sus creencias en privado. Expulsado de la comunidad judía en que se educó,
vivía de pulir lentes ópticas y a escribir libros que abren el camino a una
oposición entre filosofía y teología más marcada que en los demás filósofos.
Murió joven y sus ideas fueron silenciadas; se le citaba sin pronunciar su
nombre. El pobre Spinoza resultó ser una bomba de relojería para el pensamiento
tradicional.
Antonio Damasio (Lisboa 1944) es neurólogo y un destacado
investigador de la mente, las bases neurobiológicas de la consciencia y el
papel decisivo de las emociones y sentimientos en los procesos racionales de la
toma de decisiones. En “En busca de
Spinoza”, en diálogo con el filósofo del siglo XVII, explica el proceso
neurológico de las emociones y los sentimientos, algunas consecuencias éticas y
sociales de su enfoque, y termina con unos apuntes sobre el sentido de la vida
y la espiritualidad. Además, una amplia biografía de Spinoza (3) y el detallado
relato de su contexto histórico.
Resumen poco técnico de la parte técnica.
La emoción es una respuesta orgánica ante un estímulo exterior.
Su origen es evolutivo o aprendido, lo compartimos con otros animales y poco se
puede hacer al respecto. Cuando las emociones se procesan por el cerebro dan
lugar a sentimientos. Un cerebro más evolucionado (consciente) produce
sentimientos complejos.
El proceso es parecido al de antígeno (estímulo)- respuesta
inmune (emoción):
- Estímulo (presente o en la memoria).
- El estímulo se representa en el cerebro, encajando como llaves
en receptores.
- Desde los receptores se activan varios lugares de
ejecución de emociones en otros sitios del cerebro.
- El proceso o puede reverberar y amplificarse, desencadenar
procesos mentales más complejos (sentimientos), o bien consumirse y cerrarse.
Omito las respuestas neurales y hormonales que intervienen
en el proceso y que Damasio explica extensamente. Describe un caso en que
durante el tratamiento con electrodos del parkinson, se indujo a una paciente,
por accidente, a un profundo estado de tristeza.
Un concepto básico en el esquema de Damasio es el de
“equilibrio homeostático”. Un estímulo que produce una emoción negativa
(miedo), provoca un desequilibrio homeostático. El organismo despliega un
conjunto de acciones reguladoras para restablecer el equilibrio:
“Los sentimientos, en
el sentido que se emplea en este libro, surgen de cualquier conjunto de
reacciones homeostáticas, no únicamente de las emociones propiamente dichas.
Traducen el estado de vida en curso en el lenguaje de la mente.”
Para que las emociones den lugar a sentimientos es necesaria una mente consciente con un “yo
autobiográfico”. El sentimiento es el motor del pensamiento racional. Sin
sentimientos no habría pensamiento racional; pero el pensamiento racional
produce o modifica sentimientos.
“Al tener lugar en un
entorno autobiográfico, los sentimientos generan una preocupación por el
individuo que los experimenta. El pasado, el presente y el futuro anticipado
reciben las características significativas apropiadas y una mayor probabilidad
de influir sobre el razonamiento y el proceso de toma de decisiones.”
Los sentimientos juegan un papel decisivo en el aprendizaje
y la toma de decisiones para la resolución de problemas:
“La solución eficaz de
problemas no rutinarios requiere toda la flexibilidad y el elevado poder de recopilación
de información que los procesos mentales puedan ofrecer, así como la
preocupación mental que los sentimientos puedan proporcionar.
El proceso de aprender
y recordar acontecimientos emocionalmente competentes es diferente hacerlo con
sentimientos conscientes de lo que sería sin ellos. Algunos sentimientos
optimizan el aprendizaje y la memoria. Otros, en particular los que son
extremadamente dolorosos, perturban el aprendizaje y suprimen la memoria como
protección.”
Damasio no está de acuerdo con la alegría contemplativa que
propone Spinoza. Es partidario, más bien, de una alegría combativa que actúe
para cambiar las cosas.
Estímulo, emoción, sentimiento, pensamiento racional,
acción… no es un continuo, es un vaivén que puede actuar en muchas direcciones.
Damasio expresa en este buen libro su admiración (con algún reparo) por
Spinoza, explica como actúan, implicando a todo el organismo, las emociones,
sentimientos y la razón desde los conocimientos actuales de la neurología y
propone una ética basada en la alegría y la cooperación, que promueva el
equilibrio homeostático de las personas.
NOTAS
(1) El error de Descartes: la emoción, la razón
y el cerebro humano. Editorial Crítica. 2006.
(2) Jonathan
Israel ha escrito una monumental trilogía (mil páginas por libro) sobre la Ilustración Radical
influida por Spinoza: Radical
Enlightenment (2001), Enlightenment
Contested (2006) y Democratic
Enlightenment (2011). Hay traducción del primero La
Ilustración radical
(2012) Edit. Fondo de Cultura Económica. Otro libro más sintético sobre el tema
del mismo autor es Una revolución de la
mente (Laetoli 2015)
(3) Steven
Nadler: Spinoza (Acento 2004). Una buena biografía de Spinoza.
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