Título original: The Cold Cold Ground
Adrian McKinty, 2012
Traducción: Fernando G. Corugedo
Alianza Editorial 2013
Páginas: 472
“Fuera la lluvia caía
con tanta fuerza que más parecía que era el odio y no la gravedad lo que se la
llevaba hacia el polígono de Rathcoole.”
“Apagué el motor y me
instalé en mi pequeña cárcel existencial antes de salir a esa cárcel
existencial más grande que es Irlanda del Norte.”
Sean Duffy,
católico, culto, melómano, con un doctorado en psicología, es sargento
detective de la RUC en Carrickfergus, pequeño pueblo cerca de Belfast. Es un
policía chandleriano escéptico, irónico y tenaz, en el Ulster arrasado por el
conflicto entre republicanos y unionistas en los años ochenta durante el
gobierno de Margaret Thatcher. Su
trabajo se desenvuelve en un clima de violencia social extrema entre una cadena
de atentados, crímenes y represalias entre nacionalistas (IRA) y paramilitares
unionistas (UVF y UDA). A las bombas lapa, incendiarias, atentados diarios,
controles del ejército en carreteras, bombas trampa, ataques con granadas y
lanzacohetes, había que añadir las turbias tramas de espionaje del MI5 y las
estrategias de propaganda del Sinn Féin.
En ese contexto el inspector Duffy debe investigar el asesinato de dos homosexuales y el
aparente suicidio de Lucy Moore, la joven exesposa de un dirigente del IRA
encarcelado en la prisión de Maze durante la huelga de hambre en la que murió
Bobby Sands y nueve presos más. Algunas pruebas apuntan a un asesino en serie
homófobo, pero en una sociedad muy conservadora donde los actos homosexuales
son delitos y las condenas a los gays llueven desde todos los bandos, a nadie
le interesa que avance la investigación. Cuando Duffy descubre que Tommy Little,
uno de los gays asesinados, era el jefe de la Unidad de Seguridad Interna del
IRA, las cosas se complican con nuevas conexiones entre los dos casos. A partir
de ahí se acelera el ritmo y menudean los episodios más cruentos.
No puedo desvelar detalles de la trama, solo decir que una
de las figuras centrales es Freddie
Scappaticci "Stakeknife", topo del MI5 en el IRA durante treinta años
que podría haber cometido más de cuarenta asesinatos con el beneplácito de los
servicios secretos británicos. Este personaje (como otros que aparecen en la
novela) que fue clave en la “guerra sucia” contra el IRA, está vivo y en paradero
desconocido. Este factor de realidad es un distintivo de la marca McKinty que
inscribe sus tramas en lugares, sucesos y personajes escrupulosamente
históricos.
Como en Philip Kerr,
las historias de McKinty están ambientadas en el pasado, pero el carácter y el
estilo de sus héroes son contemporáneos. Su prosa ágil y ligera, rociada de
ironía y humor, tiene una potencia
poética muy visual de una eficacia contundente. Sus tramas, con amplio
enfoque sociopolítico, la investigación criminal muy elaborada, entretenidas y
por momentos espectaculares, se inscriben en un cuadro histórico fidedigno y
detallado con una fuerte voluntad de denuncia de la violencia irracional a que
se ve arrastrada una comunidad dividida cuando impera la ley de
acción-reacción.
Leo de un tirón las tres primeras novelas de la serie Sean
Duffy y espero con impaciencia la traducción de las tres siguientes.
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