Título originalWaiting for sunrise
TraductorJuanjo Estrella
Páginas384
IdiomaEspañol
Publicación2012 (2012)
EditorialDuomo
William Boyd (1952-) pertenece a la brillante generación de
los McEwan, Barnes o Martin Amis, aunque no ha llegado a gozar de la gran popularidad
de sus coetáneos. Desde su primera novela, "Un buen hombre en África" (1981) en
que se le asoció, por su ácida ironía, a su admirado maestro Evelyn Waugh, ha
publicado numerosas obras que destacan por su versatilidad y frescura, todas
ellas basadas en un profundo conocimiento de la historia del siglo XX. Si
buscas amenidad y aventura, junto con un alto nivel de calidad literaria, Boyd
es tu hombre.
En el 2014 (un año antes de iniciar el blog) leí “Tormentas
cotidianas”, una novela de intriga y aventuras en torno a un fraude
farmacéutico que califiqué con un 8,5. Como el Adam de Tormentas, Lysander Rief
es un hombre corriente abocado al heroísmo por fuerzas que lo superan. Es un
actor teatral de segunda fila que en el 1913 viaja a Viena a la consulta del
doctor Bensimon, discípulo de Freud, para tratarse de un problema de
anorgasmia. Allí conoce a la escultora Hettie Bull que lo seduce por métodos
muy directos. Después de unos meses de relación clandestina con Hettie, ésta le
acusa de violación y es detenido. Dos oscuros personajes de la embajada inglesa
en Viena pagan la fianza y facilitan su fuga a Londres. En el 2014 ya ha
estallado la Primera Guerra Mundial y Lysander es requerido, en pago de su
deuda con la corona, a viajar a Suiza para descubrir a un espía alemán y
conseguir la clave de sus informes cifrados. De vuelta en Londres se infiltra en
la Oficina de Guerra para poner al descubierto a la fuente de esos informes.
El esquema argumental es de novela de folletín, tanto que
podrías señalar con exactitud donde cortar con un “continuará” y dejar al
público enganchado hasta la próxima entrega. Y tiene todo lo necesario:
escándalos sexuales, fugas, disfraces, claves secretas robadas, escenas de la
guerra de trincheras, traiciones, vidas dobles, torturas, ataques a Londres con
Zeppelin, chantajes por pedofilia, suicidio con oscuras motivaciones… La verdad
es escurridiza y las identidades resbaladizas; nadie es quien parece ser y
saber quién mueve los hilos es una quimera.
A Boyd le gustan las historias intensas con giros
inesperados, pobladas de personajes misteriosos de vidas dobles y graves
conflictos psicológicos, servidas con buena prosa y detallada ambientación de
la época. ¡Ah! Y no os dejéis engañar por el ritmo algo lento del comienzo; a
partir de la acusación de violación la cosa se pone frenética.
Una curiosidad satisfecha:
Siempre me había preguntado cómo la artillería antiaérea era
incapaz de abatir a esos gigantescos y lentos zepelines que bombardeaban
Londres. Ahora ya lo sé, y tú también lo averiguarás.