miércoles, 1 de junio de 2016

ALLEGRO MA NON TROPPO de Carlo M. Cipolla - El problema es que te quedas con ganas de más - Valoración 9 sobre 10


Título original Allegro ma non troppo
Traductor María Pons Arizazábal
Páginas 104
Idioma Español
Publicación 1988 (2004)
Editorial Crítica
 
Una reciente publicación noruega afirma que tuvo mucha importancia el «papel de las mujeres en la belicosa sociedad escandinava. Fieras y formidables, las mujeres vikingas sabían también ser peligrosamente infieles si se les presentaba la ocasión y, en cualquier caso, jamás se dejaron someter».

No nos debe maravillar, pues, que los maridos de tan formidables mujeres optasen por pasar largas temporadas en el extranjero.”
Carlo M. Cipolla (1.922-2.000, Italia), fue uno de los más importantes investigadores de la historia económica europea, más interesado en las causas que en las cifras, que no dudó en dar un toque humorístico incluso a sus más sesudos tratados (1). En La Edad Media, primer volumen de la serie dirigida por él, Historia económica de Europa, dice cosas como ésta:
Aquellos que conocían la existencia de Venecia, consideraban a esta ciudad como algo anormal y extraño, un fenómeno inexplicable; y el autor de un documento del siglo XI informaba maravillado: "Esta gente no ara, ni siembra, ni vendimia".

El uso sagaz e incisivo de las citas es una constante.
En Allegro ma non troppo reúne dos ensayos abiertamente humorísticos:

  1. El papel de las especias (y de la pimienta en particular) en el desarrollo económico de la Edad Media.
  2. Las leyes fundamentales de la estupidez humana.

El primero es una agudísima parodia de la historia económica de la Edad Media donde atribuye la caída del Imperio Romano a la intoxicación por plomo de su aristocracia, el crecimiento demográfico al elevado consumo de la pimienta y su alto poder afrodisíaco o elogia la avidez comercial de los venecianos. De los últimos dice:

Si lo hubieran hecho los holandeses, los alemanes o los ingleses, habrían sido citados en los manuales de historia como ejemplos admirables de ética protestante y encomiables campeones del procapitalismo. Tratándose tan sólo de italianos, fueron definidos como ejemplos deplorables de «avidez» y de «falta de escrúpulos comerciales».”

O cómo la desconfianza de los cruzados en la fidelidad de sus esposas contribuyó a la prosperidad de los herreros y a la expansión de la metalurgia europea, gracias a la masiva demanda de cinturones de castidad. Lo que no evitó la proliferación del apellido “Herrero” en toda Europa: Smith («herrero») en Inglaterra, Schmidt en Alemania, Ferrari, Ferrario, Ferrero o Fabbri en Italia, Favre, Febvre, Lefevre en Francia.
En «Las leyes fundamentales de la estupidez humana» imita los modelos matemáticos de la sociología para analizar la cantidad de estúpidos que nos rodean y evaluar sus devastadores efectos en la sociedad.

Las Leyes son:

  1. Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo.
  2. La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona.
  3. Una persona estúpida es una persona que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio.
  4. Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos, en especial, olvidan constantemente que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia, tratar y/o asociarse con individuos estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costosísimo error.

A partir de estas leyes nos regala un ingenioso y cáustico análisis del papel corrosivo del estúpido en la sociedad:

Con la sonrisa en los labios, como si hiciese la cosa más natural del mundo, el estúpido aparecerá de improviso para echar a perder tus planes, destruir tu paz, complicarte la vida y el trabajo, hacerte perder dinero, tiempo, buen humor, apetito, productividad, y todo esto sin malicia, sin remordimientos y sin razón. Estúpidamente.”
Y en democracia, el estúpido (E), es todavía más mortífero:

En el seno de un sistema democrático, las elecciones generales son un instrumento de gran eficacia para asegurar el mantenimiento estable de la fracción E entre los poderosos. Hay que recordar que, según la Segunda Ley, la fracción E de personas que votan son estúpidas, y las elecciones les brindan una magnífica ocasión de perjudicar a todos los demás, sin obtener ningún beneficio a cambio de su acción. Estas personas cumplen su objetivo, contribuyendo al mantenimiento del nivel E de estúpidos entre las personas que están en el poder.”

Conclusión

Un librito agudo, ingenioso, irreverente y sarcástico, que se lee en poco más de una hora. El peligro es que te quedas con ganas de conseguir más. A quien esto le ocurra le recomiendo que lea su Historia económica de Europa: La Edad Media. Nunca te puedes imaginar que una historia económica pueda ser tan amena y divertida. A mí me recuerda la Historia de la filosofía occidental de Bertran Russell y, como mi carne es débil, ya se que hacer: voy a releer las dos obras en paralelo. Si señor. Como buen alérgico a las relecturas (me conozco) me siento incapaz de leer los dos libros sucesivamente; pero en lectura simultánea, un capítulo de Russell, un capítulo de Cipolla… me abriré a nuevas experiencias.



Notas
(1) HISTORIA ECONÓMICA DE EUROPA
Dirigida por Carlo M. Cipolla
1. La Edad Media
2. Siglos XVI y XVII
3. La Revolución industrial
4. El surgimiento de las sociedades industriales
(Partes 1 y 2)
5. El siglo XX (Partes 1 y 2)
6. Economías contemporáneas (Partes 1 y 2)
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