viernes, 30 de noviembre de 2018

JOSEPH SCHUMPETER Innovación y destrucción creativa - de Thomas K. McCraw - “el conservador más refinado de este siglo” - Valoración 8,5/10

Título original: Prophet of Innovation. Joseph Schumpeter and Creative Destruction
Traducción: Pedro González Celada
© 2013 Ediciones de Belloch S.L., Barcelona
Páginas: 780

Thomas K. McGraw nos entrega una estupenda biografía e intelectual de ese gran economista que fue Schumpeter al que Galbraith describió como “el conservador más refinado de este siglo”. Nos explica sus años de formación, sus fracasos como político y banquero, su complicada relación con las mujeres, su triunfo como académico y profesor de grandes economistas en Harward o la admiración envidiosa que sintió por Keynes. Todo ello perfectamente inscrito en el marco histórico y social en que vivió y con especial énfasis en el análisis y repercusión de sus libros y artículos. Nos habla también de sus errores y aciertos: malinterpretó a Roosevelt, menospreció a Hitler, despreció (a diferencia de Keynes) los costes sociales de las crisis económicas como un mal menor a corto plazo, no supo predecir el éxito de las economías mixtas, defendió los monopolios como motores de la economía.

Joseph Alois Schumpeter es la navaja suiza de los economistas. En su ingente obra siempre trató con respeto a sus colegas tratando de conciliar escuelas opuestas. Los dos millones de palabras (un libro normal de 300 páginas tiene alrededor de 100.000 palabras) de sus tres principales libros: Ciclos económicos, que publicó en 1939; Capitalismo, socialismo y democracia, que vio la luz en 1942, e Historia del análisis económico, publicado póstumamente en 1954, ofrecen pasto intelectual a todas las escuelas económicas y muchas ramas de las ciencias sociales. Defendió (pero no practicó) el papel de las matemáticas en la economía al tiempo que insistía en su carácter multidisciplinar: al economista debía interesarle la historia política, cultural, el derecho, la historia económica y la psicología. Cuando se cuestiona la estrechez de los modelos matemáticos en la economía y las ciencias sociales, Schumpeter vuelve al primer plano: “En el siglo XXI las bases de datos informáticas empezaron a registrar más referencias a las obras de Schumpeter que a las de Keynes, una situación que habría resultado inconcebible hacía apenas unos años.
En la obra de Schumpeter pueden beber neoclásicos, heterodoxos, marxistas y gurús de las escuelas de negocios. Fue el profeta de la “destrucción creativa” basada en la innovación, la estrategia empresarial, el capital riesgo, el marketing y el crédito como impulsores del consumo y el creador del mito del emprendedor. Schumpeter fue un erudito de pura sangre, un economista con un sentido trágico de la vida muy centroeuropeo, maestro de grandes economistas entre los que se cuentan algunos premios Nobel. Su miedo obsesivo al comunismo hizo que mitificara el capitalismo y minimizara sus defectos: agotamiento de recursos, externalidades en costes sociales y daños ecológicos, obstruccionismo de los oligopolios al progreso (las eléctricas contra las energías renovables), apoyo de multinacionales a gobiernos totalitarios, aumento de las desigualdades y retrocesos del estado del bienestar… En fin, no sé qué pesaría más en una hipotética balanza. O sí lo sé.

Difícil de clasificar, Landreth y Colander sitúan a Schumpeter en un grupo al que llaman cuasi-institucionalistas al lado de Myrdal y Galbraith: “Existe otro grupo de autores que aceptan muchas de las ideas de los institucionalistas y que fueron muy influidos por ellos, pero que son demasiado individualistas e iconoclastas para encajar en el molde institucionalista. Son Joseph Schumpeter, Gunnar Myrdal y John Kenneth Galbraith.”

Bertrand Russell dijo de Keynes: “Es la mente más aguda y más clara que jamás conocí. Cuando discutía con él, sentía que mi vida pendía de un hilo y raramente terminaba sintiéndome algo muy diferente a un estúpido”. Wittgenstein les dijo a sus amigos que sus discusiones con Sraffa le hacían sentirse como un árbol al que le han cortado las ramas. Schumpeter dijo de Keynes: la Teoría general «no nos hace keynesianos, nos hace mejores economistas». Me interesan las biografías de esos grandes intelectuales. Recuperaré la que escribió Robert Skidelsky sobre Keynes de la que Alianza Editorial solo publicó un tomo hace años y luego RBA la editó completa. Voy tras la de Piero Sraffa que escribió Jean-Pierre Potier, dificilísima de encontrar, pero ya en camino, creo. Tengo en espera una de Max Weber y me propongo releer la Autobiografía de Bertrand Russell. Muchos deberes. Las de Feyerabend, Wittgenstein, Artur London, Koestler y otros ya están en el blog bajo el epígrafe de Biografías y Memorias. Me complace conocer un poco mejor a Schumpeter como persona y como intelectual; su monumental “Historia del análisis económico” es uno de mis libros de cabecera.

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