Título original The Age of Atheists
Traductor Tomás Fernández Aúz | Beatriz Eguibar
Páginas 592
Idioma Español
Publicación 2014 (2014)
Editorial Crítica
Los enciclopédicos ladrillos de Watson son gigantescos
platos combinados que llevan de todo: vitaminas, proteínas, grasas, hidratos de
carbono, fibra, minerales… Puedes tragarte el plato entero o picotear los
manjares más tentadores; depende de las exigencias de tu paladar o del apetito
del momento. Yo me inclino por una lectura a saltos diagonales, corriendo
rápido por lo sabido y frenando y degustando lo novedoso.
La nómina de científicos, poetas, artistas,
filósofos… es interminable. De Nietzsche hasta hoy, los encontraremos a casi
todos: Laban (danza), Emerson, Holmes, William James, Dewey, Freud, Santayana,
Husserl, Bergson, Moore, Ibsen, Strindberg, Shaw, Chejov, Picasso, Weber, y un largo etcétera. De hecho el propio Watson
reconoce que “este libro, en lugar de llevar por título La edad de la nada, podría haberse llamado La edad del todo.”
En su declaración de intenciones dice que el
libro:
“Se propone
constituirse en un exhaustivo estudio de la obra de todo un conjunto de
personas de talento —artistas, novelistas, dramaturgos, poetas, científicos,
psicólogos, filósofos— que han abrazado el ateísmo, asumiendo la muerte de
Dios, y que han buscado nuevas formas de existencia; personas que han
descubierto o moldeado otras modalidades de significado mundanal, otras maneras
de superar el gran «menoscabo», el espantoso empobrecimiento en que viene a
derivar inevitablemente, según parece pensar tanta gente, la pérdida de la idea
de una transcendencia sobrenatural.”
Su método, apoyado en un estilo claro y ameno,
consiste en situar en un amplio contexto los personajes y las corrientes y
contraponerlos o otros personajes que se oponen o matizan a los anteriores. Es
más expositivo que crítico: muestra las controversias sin ofrecer soluciones
cómodas. Relaciona corrientes entre si y sus versiones más actuales. Para
regocijo del lector más exigente, nos trae la bibliografía más completa y
actual sobre los temas que trata, de modo que, hasta cierto punto, el libro
puede tomarse como un gran texto bibliográfico comentado. Tiene defectos. Por
ejemplo, aunque reconoce la gran preponderancia del evolucionismo como
cosmovisión no trascendente de la vida, no lo desarrolla en sus versiones más
modernas. Parece preferir dar más cancha a sus oponentes.
Comparte con Richard Rorty la idea que hay que ir
a buscar la mejor filosofía en la literatura, la poesía, y las artes en
general, y da la palabra a Henry James, Stefan George, Mallarmé Marcel
Proust, H. G. Wells, Yeats, Philip Roth… buceando en sus propuestas para llenar el vacío
de trascendencia. Podemos no coincidir en algunos de los contrapuntos que
analiza; pero debemos reconocer que el panorama global es impresionante. Este
libro, junto con su “Historia intelectual del siglo XX”, forman un compendio
grandioso de casi todo lo que hay que saber sobre nuestro pensamiento, arte e
historia más próximos. Entre los dos libros suman más de 2.000 páginas cargadas
de información y, con un bolígrafo en la mano, si lo deseas, puedes seguir
indagando por cientos de rutas bibliográficas posibles.
Un buen libro sobre el arte y las ideas de los
siglos XX y XXI que se han levantado al margen de la mirada severa de Dios.
Ofrece un panorama amplio y lo hace de manera interesante y amena. Un 9.
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