viernes, 20 de mayo de 2016

LA COSTILLA DE ADÁN (Rocco Schiavone 02) de Antonio Manzini - Una Donna Leon o un Camilleri con más guasa - Valoración 8 sobre 10




Título original La costola di Adamo
Traductor Regina López Muñoz
Páginas 256
Idioma Español
Publicación 2014 (2015)
Editorial Salamandra
 
El mejor final es el que te niegas a adivinar. Coincidirás, mi imperturbable Enrique, que  un Thriller (policíaco, negro, espionaje o lo que sea) se lo juega todo en el final. Un mal final puede hundir en la miseria una buena novela o redimir una mediocre. Me imagino a uno de esos famosos y forrados autores sudando la gota gorda, con las pelotas encogidas, en peliagudo trance de dar con un final glorioso, y me lo paso pipa.

Hay finales sorprendentes, previsibles, improvisados, arbitrarios, coherentes, incongruentes, chapuceros, interruptus (a saco), por lo sano, con/sin “continuará”, lánguidos, etéreos, bruscos o interminables (con epílogo 1, epílogo 2 y “cinco años después”), finales redondos, planos o circulares que retrotraen al prólogo, finales de geometría variable no euclidiana (que te quedas ¿?????). En fin, mi impávido Enrique, no acabaríamos nunca con la tipología de los finales. Una lista sin fin de los finales de los cojones, como la doble hélice esa de ADN, ácido desoxinosequé, que desplegada mide 4,5 metros, pero que está tan superenrollada y apretadita que no la ves ni con microscopio. A lo que voy, mi Enrique El Impertérrito, es que a mí, el final que me da temblores, que me estremece y espeluzna, es el que me niego a adivinar.

No es el caso que nos ocupa, para nada, ni de lejos. Es que me quería explayar con lo de los putos finales y te lo he endilgado. A que sí. Si no te lo cuelo reviento. Joder, no pongas esa cara que pareces Enrique El Osco.

La novelita ésta que te estoy contando…¿Cuál era? ¿Ah, si? “La costilla de Adán” del amigo Manzini, puede que te siente bien y te relaje esa cara de esfinge egipcia que dios te ha dado. Es simpática, confortable, circula tan bien que te la tragas y ni te enteras. Si se lo contara a otro (que no fueras tú) le prometería sonrisas y hasta alguna carcajada.

El subjefe Rocco Schiavone, el prota, es un tipo ocurrente, decidido, osado, con un buen par, que si tiene que soltar dos hostias no se lo piensa. Muy desenvuelto él, pero, como todo dios, tiene sus traumas. Se ve que su esposa, Marina, murió en la novela anterior y el pobre anda con la culpabilidad a cuestas. Hay una escena, muy a lo Fellini, en que unos adolescentes se embelesan acechando a una joven y lozana madre que se refresca en una fuente. No te creas, la cosa va de complicidad, la madre los mira y les sonríe con picardía. Te gustará, amigo Enrique El Salido.
El tema es bastante cotidiano y un poco chungo: va de malos tratos y eso; pero Manzini le pone una pizca de descaro con pimienta socarrona que resulta refrescante. Una Donna Leon o un Camilleri más guasón. Un 8.

¿Has leido el libro o te gustaria leerlo?. Haz tu comentario. Has llegit el llibre o t'agradaria llegir-lo ?. Fes el teu comentari.

No hay comentarios:

Publicar un comentario