Título original: N´éteins pas la lumière
Número de páginas: 576
Editorial: Salamandra Black
Bernard Minier se está haciendo un lugar en la élite de los
escritores de negra franceses, junto a Franck Thilliez y Pierre
Lamaitre, con su serie protagonizada por el comandante Servaz. Esta es
la tercera novela y ya ha salido la cuarta en francés Une putain
d'Histoire, que comentaré pronto.
Va de acoso implacable y de venganza. Christine recibe una carta en la
que alguien le avisa que va suicidarse. A partir de ese momento su vida
se derrumba y se convierte en un infierno.
Servaz se recupera de una depresión en una residencia para policías y
recibe un paquete anónimo con una llave de hotel.
Los dos hilos avanzan en paralelo durante una primera mitad perfecta de
la novela, dominada por uno de los más angustiosos y bien dosificados
suspenses que recuerdo.
Las investigaciones de Servaz lo llevan hasta Chistine y empieza la fase
resolutiva, para mi, no tan perfecta. Es cuando empiezas a especualar
sobre quien es el acosador y porqué lo hace.
En esta fase resolutiva, se puede achacar al autor cierta precipitación y
brusquedad en los giros, en un esfuerzo para evitar ser predecible; el
más fatal estigma de un autor de thrillers.
Por el lenguaje certero, más literario de lo habitual en el género; una
primera mitad grandiosa y porque nunca decae la tensión narrativa, le
doy un 9. Muchos le daran un 10, pero yo lo reservo para las obras
redondas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario