Traductor Carlos Abreu
Páginas 464
Idioma Español
Publicación 2013 (2016)
Editorial EDIC. B S.A.
La acción tiene lugar en apenas 24
horas. Encuentran el cuerpo de Gail Shipton, envuelto en una tela poco común y
en extraña posición. Se descubre que Gail había interpuesto una demanda de $100
millones contra su CEO de la empresa de
gestión de fondos financieros Double-S. Se relaciona con antiguos casos que tuvieron
lugar en circunstancias parecidas y de los que se acusó a Martin Lago, ahora
desaparecido. Hay sospechas de que Ed Granby, jefe de Benton y director de la
división del FBI de Boston, ha manipulado pruebas.
La serie de Kay Scarpetta pertenece
al subgénero forense en que el peso de la investigación recae en la autopsia y
el análisis de los materiales encontrados en la escena del crimen. El problema
es que “nosecuantos” CSI televisivos parecen haber gastado el tema, agotándolo
en todas sus versiones. La diferencia es el sello personal que P. Cornwell
imprime a la narración.
Scarpetta narra en una primera
persona muy introspectiva, atormentada y sombría, en que mezcla reflexiones
sobre su pasado, diálogos con su marido Benton, profiler del FBI, inseguro y
depresivo; con su sobrina Lucy, genio de la informática; con el policía Marino,
duro y directo; y con su equipo de ayudantes que le suministran datos mientras
ella se desplaza a los dos escenarios del crimen. Excesivo peso de los diálogos, con frecuencia repetitivos.
La historia progresa a un ritmo
lento, moroso, entrecortado y vacilante, rico en observaciones forenses,
reflexiones personales, recuerdos, sospechas, dudas y sentimientos de
responsabilidad y protección hacia Benton. Más que tensión narrativa produce un
estrés que puede fatigar a algunos lectores. Pero a mí me gusta, y creo que le
da el tono personal que salva la novela. Un 8.
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